Tanto si eres un apasionado de la fiscalidad internacional como si simplemente anhelas pagar menos impuestos, seguramente hayas oído hablar de Malta como un lugar con muy baja carga fiscal.
¿Pero es esto realmente así? ¿Es Malta un paraíso fiscal? ¿Ofrece ventajas para todos o solo para algunos?
Lo cierto es que, aunque Malta ya no se considera un paraíso fiscal, sigue ofreciendo ventajas fiscales destacables que pueden beneficiar a muchos perfiles de nómadas fiscales.
En este artículo analizamos cómo es posible pagar un 5% de impuestos con tu empresa en Malta y quedar (casi) libre de impuestos con tu residencia como non-dom.
Impuestos de las Empresas en Malta ¡5%!
Si bien el Impuesto sobre Sociedades de Malta es de un altísimo 35%, hay un «truco» que permite que nuestra empresa en Malta pague solo un 5%.
Me refiero al sistema de imputación del Impuesto sobre Sociedades maltés que permite el reembolso de hasta un 30% sobre el 35% pagado (6/7) ligado a la distribución de dividendos.
Es decir, en un inicio nuestra sociedad en Malta tributará al 35% pero tras la distribución de dividendos y el reembolso de 6/7 por parte de la autoridad tributaria maltesa, el impuesto efectivo se habrá reducido al 5%.
Cabe destacar que las sociedades con ingresos pasivos de intereses y royalties solo obtienen un reembolso de 5/7 (10% impuesto efectivo).
Otras ventajas de las empresas en Malta
Más allá de su famoso 5%, las empresas en Malta tienen otras ventajas que pueden ser muy útiles para nuestra planificación fiscal internacional:
- Las empresas maltesas no aplican retenciones de impuestos sobre la distribución de dividendos a no residentes en Malta.
- Disponen de una exención total sobre los dividendos y ganancias de capital recibidos de una subsidiaria (cumpliendo ciertos requisitos).
- El IVA en Malta se encuentra entre los más bajos de la Unión Europea con un tipo general del 18%.
- Con los asesores adecuados, la incorporación y administración de una sociedad en Malta tiene un coste muy asequible.
Desventajas de las empresas en Malta
Aunque las gestorías y asesores malteses traten de convencerte de lo contrario, el reembolso de impuestos no se da fácilmente ni en tan solo 2 semanas. De hecho, la media de devoluciones se recibe tras 6 meses.
Además, el reembolso de impuestos no se realiza a la propia empresa, sino que se envía a una cuenta de libre elección.
Lo preocupante es que el reembolso recibido en una cuenta personal será gravado con el Impuesto sobre la Renta. ¡Y esto es lo último que quieres si resides un infierno fiscal como España, Francia o similar!
¿Entonces qué sentido tiene la empresa en Malta? Te preguntarás.
Sigue teniendo sentido en 2 escenarios:
- El primero, que residas en un país sin Impuesto sobre la Renta (o muy bajo) o bien en un país de tributación territorial.
- El segundo escenario te lo explico a continuación:
Empresas Holding en Malta
La solución más popular al dilema del reembolso en la cuenta personal es la creación de una segunda sociedad que actúe como holding.
El esquema quedaría así:
Empresa 1: opera en Malta con 35% de impuestos.
Empresa 2: Holding, recibe dividendos de la primera y la devolución de impuestos.
Evidentemente, esta segunda empresa matriz nos interesa que disfrute de alguna exención fiscal a los dividendos recibidos de la primera.
¿Recuerdas las ventajas de las empresas en Malta que te comenté previamente?
¡Exención de dividendos por participación!
Una sociedad holding maltesa puede quedar exenta del pago de impuestos sobre el 100% de los dividendos recibidos de una filial si cumple algunos requisitos como:
- Poseer al menos el 5% de las acciones o participaciones.
- Poseer acciones por valor superior a 1,164 millones de euros.
Además, Malta ofrece la posibilidad de acogerse a un régimen de integración fiscal para sociedades holding con una propiedad superior al 95% en la filial.
Esta integración permite esquivar duplicidades en los costes de contabilidad y el tedioso procedimiento de devolución de impuestos.
Así, la estructura más frecuente en Malta se compone de 2 sociedades maltesas tratadas como una única unidad fiscal y que disfrutan del tipo efectivo del 5% de forma directa.
Impuestos en Malta y Non-Dom
Sin embargo, Malta ofrece un régimen non-dom, similar al de países como Chipre, Irlanda y el Reino Unido.
Bajo el régimen non-dom maltés se obtienen las siguientes ventajas fiscales:
- Los beneficios generados fuera de Malta no están sujetos a impuestos a menos que se introduzcan en el país.
- Las ganancias de capital obtenidas fuera de Malta no están sujetas a impuestos, independientemente de si se introducen en el país o no.
- No existe obligación de declarar los ingresos mundiales no sujetos a impuestos, solo aquellos que se introduzcan al país.
Este requisito sobre la introducción de los ingresos en Malta se conoce como Remittance Basis.
Impuestos por Remittance Basis en Malta
La fiscalidad bajo el régimen de Remittance Basis permite tributar solo por los beneficios utilizados o transferidos al país.
Esta definición incluye tanto las transferencias a una cuenta bancaria en Malta como el uso de este dinero mediante pagos con tarjeta y retiros en efectivo en cajeros automáticos.
Es posible transferir a Malta, libre de impuestos, todo el patrimonio generado antes de convertirse en residente.
Desventajas del non-dom en Malta
Las principales desventajas del régimen non-dom son las siguientes:
- Desde 2018, es obligatorio pagar un impuesto mínimo de 5000 € anuales, incluso si no se transfiere ninguna ganancia al país.
- Residir como non-dom en Malta y operar con una estructura de empresas maltesa no tiene sentido, ya que los ingresos provendrían de dentro del país y no se beneficiaría del régimen non-dom.
La parte positiva es que este impuesto mínimo nos permite utilizar aproximadamente 2.000 € mensuales en Malta.
Otras ventajas fiscales de Malta
- 0% de impuestos a las herencias.
- 0% de impuestos al patrimonio.
- 0% de impuestos a las donaciones.
- Reglas CFC más laxas: solo aplican a partir de 750.000€ de beneficio.
Cómo conseguir el Non-dom en Malta
El concepto de residente domiciliado es un término legal que se refiere a un individuo que tiene vínculos más estrechos con un lugar o que considera dicho lugar su hogar permanente.
Desde luego, el término no está libre de interpretación y subjetividad.
Según la ley maltesa, un residente domiciliado es aquel que reside permanentemente en Malta o considera Malta su hogar permanente.
En la práctica, un residente es non-dom siempre que no considere el país como su hogar definitivo, planee irse en un futuro o mantenga vínculos más estrechos con otro país (como su país de origen).
De hecho, es posible obtener la ciudadanía maltesa y seguir manteniendo el estatus de non-dom para beneficiarse fiscalmente.
Residencia fiscal en Malta: requisitos
- Debes residir en Malta durante al menos seis meses al año.
- Es necesario disponer de un seguro de salud válido.
- Debes alquilar una vivienda durante todo el año o ser propietario de una casa (sin importar su precio).
- Es imprescindible ser económicamente autosuficiente, con ingresos mínimos de 14.000 euros al año o 84,95 euros a la semana, o tener un contrato de trabajo.
Esquema HNWI en Malta
Para quienes desean mantener una residencia fiscal en Malta sin pasar más de 183 días al año en el país, el programa HNWI ofrece una solución viable sin requisito de estancia.
Además, los HNWI disfrutan de un impuesto de solo el 15% sobre los ingresos introducidos al país.
No obstante, esta opción implica un coste más elevado en comparación con el régimen non-dom estándar, ya que requiere el pago de un impuesto fijo más alto y la realización de una inversión sustancial.
Los participantes en el programa HNWI deben pagar una tarifa anual fija de 20.000 €, en lugar de los 5.000 € del régimen non-dom estándar.
Por otro lado, es necesario adquirir una propiedad con un valor mínimo de 400.000 € o alquilar una por al menos 20.000 € al año. Esta propiedad no puede ser alquilada ni a corto ni a largo plazo.
Golden Visa en Malta
La Golden Visa de Malta es una excelente opción para ciudadanos no pertenecientes a la Unión Europea (UE) y al Espacio Económico Europeo (EEE) que deseen residir en Europa a cambio de una inversión en propiedades o una contribución al gobierno.
Existen 3 vías para la residencia:
Programa de tres años:
Para ser elegible para la ciudadanía después de 36 meses de residencia, algunos requisitos son:
- Invertir al menos 600.000 € en el fondo de desarrollo nacional.
- Comprar una propiedad residencial por al menos 700.000 € o firmar un contrato de alquiler de al menos 16.000 € al año durante cinco años.
Programa de un año:
Para ser elegible para la ciudadanía después de 12 meses de residencia, debes invertir al menos 750.000 € en el fondo de desarrollo nacional.
Malta Permanent Residency Programme (MPRP):
Esta opción no otorga la ciudadanía pero sí la residencia permanente con un coste total de unos 150.000 €.
Opinión sobre las empresas de Malta y su residencia fiscal
En resumen, Malta ofrece una variedad de ventajas tanto desde el punto de vista fiscal como migratorio, capaces de satisfacer las necesidades de diversos perfiles de nómadas fiscales.
Por un lado, su régimen fiscal para sociedades destaca como una opción competitiva en cualquier estructura corporativa fiscal.
Por otro lado, sus programas para obtener la ciudadanía representan una entrada a Europa para individuos adinerados de todo el mundo.
En cuanto al régimen non-dom, consideramos que debido a sus limitaciones como el impuesto fijo anual, el Remittance Base y el requisito de 183 días, se ve opacado por otros regímenes non-dom, como el que ofrece Chipre.
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El Impuesto sobre la Renta es progresivo y varía entre el 0% y el 35%.
El IVA tiene un tipo general del 18%, siendo uno de los más bajos de la Unión Europea.
Además, Malta ofrece ventajas como 0% de impuestos a las herencias, al patrimonio y a las donaciones.
Por último, Malta ofrece un régimen non-dom bajo el cual los beneficios generados fuera de Malta no están sujetos a impuestos a menos que se introduzcan en el país.
El Impuesto sobre Sociedades en Malta es del 35%, pero gracias al sistema de imputación, las empresas pueden recibir un reembolso de hasta el 30%, resultando en una tasa efectiva del 5% para muchos tipos de ingresos.
Abrir una empresa en Malta cuesta entre 3.000 y 4.500 euros.
Este rango depende del tipo de estructura empresarial y la actividad a desarrollar. Si decides establecer una estructura «doble» con una holding, los costes serán mayores debido a los requisitos adicionales para la incorporación.
Malta ha implementado regulaciones fiscales más estrictas y cumple con los estándares internacionales de transparencia, lo que ha llevado a que ya no se le considere un paraíso fiscal.
Además de una potencial tasa efectiva del 5% de Impuesto sobre Sociedades, las empresas en Malta no aplican retenciones de impuestos sobre dividendos a no residentes, tienen una exención total sobre los dividendos y ganancias de capital de subsidiarias, y el IVA en Malta es uno de los más bajos de la UE.
Bajo el régimen non-dom, los beneficios generados fuera de Malta no están sujetos a impuestos a menos que se introduzcan en el país. Las ganancias de capital generadas fuera de Malta tampoco están sujetas a impuestos, independientemente de si se introducen o no.
Para obtener la residencia fiscal en Malta, debes:
- Residir al menos 183 días al año en Malta.
- Tener un seguro de salud válido.
- Alquilar o ser propietario de una vivienda.
- Ser económicamente autosuficiente (ingresos mínimos de 14.000 euros al año)
El esquema HNWI permite obtener residencia fiscal en Malta sin pasar más de 183 días al año en el país, con un impuesto del 15% sobre los ingresos introducidos al país y requisitos adicionales como la compra o alquiler de propiedades de alto valor.
La Golden Visa de Malta es una opción para ciudadanos no pertenecientes a la UE y EEE que desean residir en Europa a cambio de una inversión en propiedades o una contribución al gobierno. Existen programas con diferentes requisitos de inversión y residencia.