El nomadismo fiscal surge como la única solución a un problema que afecta ya a casi todos los rincones del planeta:
Subida de impuestos infinita, presión fiscal en aumento y sin techo.
Los políticos han encontrado en el Estado del «Bienestar» la excusa perfecta para que los ciudadanos paguen MÁS IMPUESTOS cada año.
En el curso de poco más de 50 años, algunos países (como España) han TRIPLICADO la presión fiscal sobre su población.
Para sorpresa de todos (nótese la ironía) este aumento de impuestos ha resultado ir de la mano de un aumento del despilfarro, corrupción, deuda pública y persecución al sector privado.
Históricamente, la frustración y el descontento de quienes están pagando todo esto de su propio bolsillo no tenía otra salida que la resignación.
Pero esto se ha acabado.
La explosión del comercio electrónico, medios de comunicación online y profesiones digitales junto con la cada vez mayor facilidad de transporte y el uso generalizado del inglés han permitido que surja una revolución laboral y social que pone freno a quienes viven del dinero ajeno.
Los nómadas fiscales suponemos un antes y después en el poder que tienen los Estados para dirigir a placer la vida de las personas:
Aquellos países que ofrezcan unas condiciones favorables a sus ciudadanos se llenarán de todo ese talento y recursos, mientras que aquellos que pretendan seguir parasitando a los suyos se hundirán viéndoles escapar de su tiranía.